Cómo ha ido el verano?
El mío está siendo complicado por todo lo que este año me está
deparando. A la enfermedad de mi padre y mi hija, he de sumarle este verano que
ha muerto mi abuela la Andaluza, como la llamaban en el pueblo. Un ser que
personificaba la alegría en las reuniones familiares y así la despedimos
cantando sus canciones. Algo incomprensible fuera de la familia, que se creían
que estábamos de boda en lugar de entierro. Pero así la queríamos recordar
nosotros, como la abuela pindonga que rebosaba salero a pesar de la grisura de
su vida en la residencia de los últimos tiempos.
No obstante la desgracia está suponiendo un ahondar en mi vida y
mis clases, en el amor y la alegría de vivir, porque me está cuestionando que es
lo que trasmito a mis hijos y, por ende, a los que me rodean.
Tras la enfermedad de mi hija decidí hacer el butoh de la luz
porque necesitaba luz, necesitaba ver algo que se me escapaba. Este me llevó a
cuestionarme el amor. Y así en julio, hice el butoh del amor, pero no lo anuncié
fuera de la formación y allegad@s porque me encontraba en un momento muy
vulnerable. A través de mi hija revisaba los últimos cinco años de mi vida, de
los sentimientos que me habían nutrido. Cada día en clase meditábamos sentadas
sobre las cualidades del amor, para luego compartirlas y llevarlas a la
experiencia del cuerpo danzado. Y así fueron surgiendo las que sería para mi las
cualidades del amor que han de responder tanto ante un ser querido, como ante un
ser neutro u otro por el que sienta aversión o rechazo.
Descubrí que:
No era tan libre como me creía.
Ni me había protegido ni cuidado lo suficiente.
Que me faltaba más alegría de vivir porque llevaba años
aguantándome y esperando atrapada en una relación.
Que mi acción no era lo suficientemente cuidadosa porque no había
descubierto hasta entonces que tipo de movimiento la albergaba.
Y que si todo lo anterior fallaba cómo podía ser feliz, más allá
del sufrimiento que depara la vida, por mucho que anhelara la
felicidad.
En resumen, que después de tantos años de investigación sobre la
conciencia y el butoh, no había logrado trascender el sufrimiento. Por qué?
Porque la gran revolución pendiente es la de las madres.
La de mujeres que no tienen miedo de ser mujer siendo ellas
mismas. Que escuchando su fuerza interior, a través del amor incondicional de
sus hij@s, descubren
la determinación animal del amor.
Un amor que no es amor emoción o lo que es lo mismo, que no
depende del apego.
Un amor cuya acción cuidadosa de contener, de apoyar y de
sostener proteja.
Esa protección en el tiempo dé alegría.
La alegría dé alas para hacer lo que se quiere.
Y quien vive acorde a su voluntad probablemente en su horizonte
se halle la felicidad.
Y esto que parece tan simple no lo es porque en muchos casos
falla en el principio. Mujeres temerosas de ser ellas mismas y de escuchar su
fuerza interior so pena de no ser amadas, o lo que es lo mismo, ser abandonadas
física o psíquicamente. Y eso es lo que transmiten; el miedo, el aguantarse, el
abandono, la rabia.
Por eso, en los próximos meses lo que vamos a trabajar en la
formación y en las clases de butoh será las cualidades del amor.
Para descubrir la raíz de nuestra existencia.
Para promover los cambios que debamos.
Y para vivir acorde a lo que queramos.
Transmitiendo amor en lugar de miedo, o rabia, o abandono, o lo
que sea.
Porque eso es lo que yo quiero transmitir a mis hij@s y a todos
los que me rodean; la acción del amor; la alegría; la libertad
Si a ti también te interesa bailar y asentar en la conciencia
esto anímate a participar en la formación regular de butoh o en las clases
semanales.
Para ello se ha de realizar el próximo
curso intensivo del Butoh del Amor,
que será del 28 al 30 de
septiembre,
de 9,00 a 14,00 h.,
en la sala La Salamandra, C/ Burgos 55,
int 3, Barcelona.
Cuesta 90 euros ( 80 euros antigu@s
alumn@s)
Os espero! Y mientras tanto recibir un gran abrazo
Sua Urana
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